Autor : Ignacio Juez Lángara
En algunos casos, la separación del Señor ha sido grave, y entonces la conversión se hace imprescindible para alcanzar la felicidad eterna. Quizá por esto puede asegurarse que, como dijo San Máximo el Confesor, nada hay tan querido ni tan estimado por Dios como que los hombres se conviertan.